CHANEL desempolva la Belle Epoque

La camelia de la alta joyería de Chanel supuso el fin a la Semana de la Alta Costura de París, en una última jornada que demostró que París bien vale una misa.

Backstage del desfile.

Karl Lagerfeld ha presentado sus propuestas en enorme bosque de ninfas vestidas con el clásico dos piezas de corte trapecio en tweed de Chanel en blanco, gris plata, rosa pálido y negro.



La emblemática tienda de Chanel de la plaza Vendôme de París fue el lugar indicado para la presentación de su última colección de alta joyería que, bajo el título "Jardín de Camelias", engloba 99 piezas únicas que culminan tres años de trabajo.



Esta flor asiática, símbolo de la pureza y la longevidad, según explicaron fuentes de la firma, está presente en el imaginario de Chanel desde 1923 y ahora ha servido de inspiración para configurar alhajas que desarrollan el tradicional juego de blanco y negro, la tridimensionalidad y la movilidad.



Las piezas de esta colección oscilan entre los 45.000 euros de un anillo y los 2,5 millones de euros de un conjunto, un valor derivado de los materiales y de las horas de trabajo artesanal.



Diamantes, zafiros multicolor, turmalinas, espinelas, ópalos y perlas decoran sortijas, collares, pendientes, brazaletes, broches o relojes con un diseño de referencias orientales, como a los biombos de Coromandel o al arte del origami.



Looks inciales en blanco y negro, con el vestido de cóctel perfecto como protagonista absoluto, además del eterno tejido tweed; una segunda parte invadida por pequeños destellos azules que comenzaban a introducir al espectador en un luminoso invernadero plagado de madreselva.



Los vestidos de noche son largos y midi, llenos de flores, con cortes asimétricos en los hombros y espectaculares diseños de plumas y brillos. Como golpe de efecto, botas altísimas de encaje, tocados tapando media cara, maquillaje dramático y como fin del desfile dos novias con un niño.




Leggins de tejidos tan extraños como atrayentes, zapatos bicolores que también se han dejado inundar por el encaje y la mezcla de materiales en prendas de inmaculada sencillez. El maestro continúa fiel a su esencia.



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